Debora Grandison, una autora de 63 años de San Luis, MO, se enteró por primera vez que tenía problemas con su corazón en 1988 cuando tuvo un parto prematuro. El parto terminó, pero los medicamentos que ella necesitaba causaron complicaciones, lo cual hizo que estuviera varias semanas en cuidados intensivos donde le diagnosticaron prolapso de la válvula mitral y diabetes gestacional.
La glucosa en la sangre de Grandison regresó a la normalidad después del parto de su primer hijo, pero sus palpitaciones cardíacas continuaron. Tres años después, Grandison tuvo una consulta con su physician porque pensó que tenía gripe. No period gripe. Sus niveles de glucosa en la sangre aumentaron súbitamente a niveles peligrosos y posteriormente le diagnosticaron diabetes tipo 1. Desafortunadamente, siguió teniendo problemas médicos.
Después de varios años de buscar respuestas con algunos doctores debido a palpitaciones cardiacas graves, dificultad para respirar, dolor en el brazo izquierdo y mareos, a Grandison finalmente le diagnosticaron cardiomiopatía y le dieron un marcapasos. Ella se enteró después de que también tenía una fibrilación auricular, la cual incrementa el riesgo de accidentes cardiovasculares. Pero lo que le molesta a Grandison, actualmente una voluntaria de Go Red For Women, una iniciativa de la Asociación estadounidense del corazón, es que nunca le dijeron nada acerca del riesgo de enfermedades cardíacas cuando le diagnosticaron diabetes. “Me informaron acerca de complicaciones tales como ceguera, amputaciones y enfermedades renales, pero eso fue todo”, dijo.
Casi la mitad de mujeres en EE.UU. no saben que las enfermedades cardiacas son la causa principal de muertes de mujeres (1 de cada 5 muertes) y más de 60 millones tienen algún tipo de enfermedad cardiaca. Las cifras son aún mayores si tienen diabetes. Mujeres con diabetes tienen una mayor probabilidad de tener un ataque cardiaco a una menor edad y tienen un mayor riesgo de morir por ese ataque cardiaco.
La diabetes también incrementa el riesgo de que una mujer tenga un accidente cardiovascular. Los mayores niveles de glucosa en la sangre pueden incrementar los depósitos grasos que recubren los vasos sanguíneos bloqueándolos o haciéndolos más estrechos. Altos niveles de glucosa en la sangre se asocian a niveles altos o elevados de triglicéridos (un tipo de grasa) en tu sangre que también se relacionan con enfermedades cardiacas.
Factores de riesgo comunes
Entonces, ¿cuál es la conexión entre las enfermedades cardiacas, la diabetes y los accidentes cardiovasculares? La respuesta yace en los factores de riesgo y en qué daños cada una de estas condiciones puede causar en tu cuerpo.
Aparte de antecedentes familiares que incrementan tu riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cardiovasculares o diabetes, también hay otros factores de riesgo importantes, denominados factores de riesgo cardiometabólicos, que son comunes para estos tres trastornos. Estos incluyen:
- Tener niveles altos de colesterol
- Tener niveles altos de triglicéridos
- Comer una mala dieta
- Tener sobrepeso u obesidad
- No tener una vida físicamente activa
- Fumar
La hipertensión (presión arterial alta) también puede incrementar tu riesgo de un accidente cardiovascular o de una enfermedad cardiaca.
Cada condición puede elevar el riesgo de tener una de las otras dos. Por ejemplo, tener diabetes eleva tu riesgo de una enfermedad cardiaca. “Tener diabetes tipo 2 es comparable a haber tenido un ataque cardiaco”, dijo Icilma Fergus, M.D., cardióloga y directora de disparidades cardiovasculares en Mount Sinai Medical Middle en Nueva York. Esto significa que la diabetes causa el mismo nivel de daño en tu corazón que un ataque cardiaco.
Según explicó Fergus, existen factores de riesgo que puedes cambiar porque tu estilo de vida también juega un papel importante en los factores de riesgo cardiometabólicos. “Por ejemplo, lo que comes, cuánto comes y la composición de lo que comes. Estamos empezando a ver personas de 17, 18 y 19 años que desarrollan diabetes tipo 2. Esto se debe a que comen muchas calorías y muchos alimentos hechos con conservantes”.
Es conveniente que conozcas tus cifras
Puesto que algunos factores de riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes y accidentes cardiovasculares coinciden, puedes tomar medidas para reducir tu riesgo. “Pienso que las mujeres saben que deberían someterse a mamografías y a evaluaciones ginecológicas, pero no saben [que deberían hacerse pruebas] del corazón”, dijo Fergus. “Pero son igual de importantes. Los problemas cardiacos pueden prevenirse en un 80% de los casos, así que si pudieses controlar estos factores de riesgo antes de tener algún inconveniente importante, podríamos prevenir o evitar estos problemas cardiacos”.
Fergus recomendó que una vez que las mujeres cumplan treinta años, especialmente si tienen antecedentes de enfermedades cardiacas u otros factores de riesgo, deberían conocer cuáles son sus niveles de azúcar en la sangre (denominados niveles A1C), sus niveles de colesterol, sus niveles de presión arterial, así como sus pesos y los perímetros de sus pinturas. Simplemente tener consultas con tu ginecólogo, quien podría ser el physician de cabecera de muchas mujeres, es un comienzo, explicó. “Puede evaluar tu presión arterial y hacer pruebas de sangre. Dile que te explique qué indica tu presión arterial y tu sangre. ¿Hay un nivel elevado de azúcar en la sangre? ¿Hay un nivel elevado de colesterol? Fergus dijo que si no tienes un ginecólogo de cabecera y estás preocupada, puedes ir a una clínica de urgencias y decirles que no te sientes bien. “En todos los casos, revisarán tu presión arterial y pueden hacerte pruebas de sangre. Los centros de urgencias pueden referirte a un especialista si fuese necesario”.
Disparidades de las mujeres y su salud
Desafortunadamente, no todos los factores de riesgo pueden modificarse fácilmente. Por ejemplo, el lugar en el que vives, tu nivel de educación y tus ingresos pueden afectar tu salud. “Estos se denominan determinantes sociales de la salud”, dijo Fergus. Incluso tu etnia y discapacidades pueden jugar un papel importante. “Si te clasificas dentro de estas categorías, estos son factores de riesgo que se ha documentado bien que se asocian con enfermedades cardiacas”.
Estudios demuestran que personas que tienen menos ingresos y menores niveles de educación tienen mayores tasas de enfermedades cardiacas y es menos posible que reciban tratamiento oportuno cuando tienen los síntomas. “Si tienes un mayor nivel de educación, tienes más conocimiento y eso te permite hacer más preguntas”, dijo Fergus. “Podrías identificar que algo no está bien antes y podrías tomar medidas al respecto. Si tienes un menor nivel de educación, podrías usar de referencia lo que otra persona cube”.
Si vives en un área de bajos ingresos donde es difícil obtener alimentos frescos o baratos, lo cual se denomina un desierto alimentario, esto puede afectar tu salud de manera importante. Menos opciones de alimentos saludables implica que es posible que ingieras más alimentos procesados, llenos de calorías, grasa, azúcar y sal. Podría tomar más trabajo tratar de superar estos obstáculos, pero conocerlos puede ser útil para que estés más consciente de los aspectos que puedes cambiar.
Lo que puedes hacer en este momento para reducir tu riesgo
Podría parecer desalentador pensar en las varias cosas que deberías hacer para reducir tu riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes y accidentes cardiovasculares. El Nationwide Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Ailments [Instituto nacional de diabetes y enfermedades digestivas y renales] sugiere empezar con el control de las “ABC”.
- La A es conocer y entender tus niveles A1C de los últimos tres meses. Indicarán cuáles son tus niveles de azúcar en la sangre y si tienes diabetes o si es posible que la desarrolles.
- La B es conocer cuál es tu presión arterial. Para la mayoría de personas, una presión arterial saludable está por debajo de 120/80, pero todos somos diferentes, así que pregunta a tu physician cuál debería ser tu presión arterial.
- La C es el colesterol. Pregunta a tu physician cuál debería ser tu colesterol LBD (lipoproteínas de baja densidad). Este es el colesterol que se denomina “malo”.
Otra medida importante es controlar tus triglicéridos. Los triglicéridos son una sustancia grasa que se acumula en tu torrente sanguíneo y cuando sus niveles son demasiado elevados, eso incrementa tu riesgo de enfermedades cardiacas y accidentes cardiovasculares.
Si uno de tus niveles ABC o de triglicéridos es elevado (por encima de 150 mg/dL), podrías reducirlos con algunos cambios de tu estilo de vida: comer una dieta saludable, hacer más ejercicio físico y no fumar. Si no disminuyen, es posible que tengas que tomar medicamentos que serán útiles para controlar tu riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes.
“Hay pasos simples que podrías tomar para ser una mujer saludable”, dijo Fergus. “Así que no entres en pánico. No te rindas. Puedes manejar esto”.
Este recurso educativo se preparó con el apoyo de Amarin.
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